tag:blogger.com,1999:blog-34100546828240678612024-03-13T03:41:43.433-07:00Casa de muñecas despeinadasMeihttp://www.blogger.com/profile/13298845507602111274noreply@blogger.comBlogger126125tag:blogger.com,1999:blog-3410054682824067861.post-88099017133642332592012-03-11T10:02:00.003-07:002012-03-11T10:02:44.217-07:00Sabía que el causante de todo aquello fue el reflejo del espejo enmarcado en cobre que presidía el salón de su memoria. Le vino a la cabeza el mosto de recuerdos que tantas veces alcoholizó sus venas en el lugar que no quería ser tiempo. Fermentaron en su mente realidades que nunca habían sido y no serían jamás. Cerró el puño. Se armó de valor y se echó a llorar.<br />
(Es imposible romper un espejo invisible.)Meihttp://www.blogger.com/profile/13298845507602111274noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-3410054682824067861.post-65536954235223389922011-12-19T13:22:00.000-08:002011-12-19T13:22:25.928-08:00Paradójico.<br />
Antitético.<br />
Absurdo.<br />
Burdo.<br />
Ruin.<br />
<br />
<br />
Pensar que nada significa.<br />
Todo.Meihttp://www.blogger.com/profile/13298845507602111274noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-3410054682824067861.post-90303506988210032762011-11-25T05:15:00.001-08:002011-11-25T05:31:57.375-08:00Como la droga<span class="Apple-style-span" style="background-color: white; color: #333333; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 16px;">Ya lo entiendo...</span><br />
<span class="Apple-style-span" style="background-color: white; color: #333333; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 16px; text-align: left;">soy como la droga.</span><br />
<span class="Apple-style-span" style="background-color: white; color: #333333; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 16px; text-align: left;">Cuando te apetece preparas mi piel para encenderme con tus dedos y consumirme con tus besos. Te dejas caer en la cama, con las piernas abiertas y los ojos cerrados, y el humo que sale de tu boca te abraza, te envuelve, te obliga a sonreír.</span><br />
<span class="Apple-style-span" style="background-color: white; color: #333333; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 16px; text-align: left;">Luego me dejas de lado porque sabes que no me importo ni te importa. Yo estoy para ser fumada, ¿no? Estoy, por ahora, para colocarte (ya habrá otros dedos que sepan como consumirte). Y tú, encantado, das vueltas entre las sabanas como si fuera un cuento de hadas.</span><br />
<br />
<span class="Apple-style-span" style="background-color: white; color: #333333; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 16px; text-align: left;">Jamás entenderás como me dejo manosear así, pero sabes que en cualquier momento puedes dejarme, puedes dejarte encantar, puedes abandonarte...Abandonarme. Ahí reside la verdadera magia entre tú y yo, más que ausente. Magia no disponible. Y algún día se consumirá el tabaco que envuelven mis brazos (no hay más remedio), pero jamás olvidaré el sabor de tu cabello sobre mi pecho encendido, ni tú olvidarás el tacto de la hierba de mis dientes, despertando tus quejidos.</span>Meihttp://www.blogger.com/profile/13298845507602111274noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-3410054682824067861.post-67134983542446468792011-11-15T10:38:00.001-08:002011-11-16T00:27:35.050-08:00Roma<blockquote class="tr_bq">
<div style="text-align: right;">
<i>Iucundum, mea vita, mihi prohonisa amorem</i></div>
<i></i><br />
<div style="text-align: right;">
<i><i>hunc nostrum inter nos perpetuumque fore.</i></i></div>
<i>
</i><i><div style="text-align: right;">
<i>Di magni, facite ut vere promittere possit,</i></div>
</i><i><div style="text-align: right;">
<i>atque id sincere dicat et ex animo, </i></div>
</i><i><div style="text-align: right;">
<i>ut liceat nobis tota perducere vita</i></div>
</i><i><div style="text-align: right;">
<i>aeternum hoc sanctae foedus amicitiae.</i></div>
</i></blockquote>
<div style="text-align: right;">
Catulo</div>
<div style="text-align: right;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
Agripa, Bernini, Trivia y Nicola Salvi deslizaron aqua di virgo entre las pestañas de la muchacha de los ojos verdes. Y así se quedaron con un trocito de su alma y unas míseras monedas. Y allí fue, en la ciudad de las siete colinas, donde aquellos ojos felinos perdieron de vista su pasado entre adoquines, levantando la vista de lo inestable del piso para disfrutar del asombro de su inocencia; para ver, en la perfección de las ruinas, un espejo. </div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>Meihttp://www.blogger.com/profile/13298845507602111274noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-3410054682824067861.post-25014220721617948232011-10-27T15:40:00.000-07:002011-10-27T15:40:32.767-07:00La desgana, existente, se entremezcla con el deseo al referente.<br />
Suprasub.<br />
Realismo, adornado de pestañas tan postizas<br />
que, por tener, no tienen ni párpado,<br />
que, por morir, ya ni nacen.Meihttp://www.blogger.com/profile/13298845507602111274noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-3410054682824067861.post-20181634073407294132011-09-18T02:36:00.000-07:002011-09-18T02:36:49.271-07:00Trainspotting<blockquote>
"Es cierto, todo ha cambiado. La música ha cambiado, el sexo ha cambiado. Dentro de unos años no habrá hombres ni mujeres: solo gilipollas."</blockquote>
Meihttp://www.blogger.com/profile/13298845507602111274noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-3410054682824067861.post-63242164158422097922011-09-16T14:58:00.000-07:002011-09-16T14:58:10.917-07:00<br />
<div style="text-align: right;">
He dejado de comprar lombrices de gominola en el quiosco que está junto a la escuela. He dejado de analizar lo brillante del rojo de las manzanas. He dejado de susurrar poemas mientras paseo; he dejado de pasear. He dejado de comprar horquillas para recoger mi pelo y no encuentro el carmín rojo. He dejado de buscarlo. He dejado de suspirar entre el polvo de la tienda de comics y libros de tercera mano de la esquina de aquel barrio. He dejado de suplicar a mamá que hoy haga mi comida favorita. He dejado de combinar el tono de mis ojos con el de esa camiseta verde que tanto me gustaba. He dejado de abrir la ventana los días de lluvía para que el agua me acaricie la cara. He dejado de demostrarte. He dejado de intentar escribir, sin conseguirlo, poesía. He dejado de leerla. He dejado de vivir. </div>
<div style="text-align: right;">
Consecutivo.</div>
Meihttp://www.blogger.com/profile/13298845507602111274noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-3410054682824067861.post-9552255287969896022011-08-30T13:34:00.000-07:002011-08-30T13:34:41.313-07:00RotoY una sutil ráfaga de viento rompió aquel jarrón chino que compró cuando cumplió los quince años en una tienda de antigüedades. Que estaba nuevo, ponía en la etiqueta que colgaba de una de las asas anudad con un fino plástico dorado. Nuevo. Y crash. Se partió en dos pedazos. Y allí lo dejó, mientras miraba el primer cajón de la mesilla, lleno de tubos de pegamento; mientras miraba el armario escobero de la cocina, entreabierto. Y allí lo dejó, partido en dos pedazos. Crash.Meihttp://www.blogger.com/profile/13298845507602111274noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-3410054682824067861.post-25767922290553865162011-08-22T05:22:00.000-07:002011-08-22T05:22:39.201-07:00<br />
Le mordí la sonrisa. Le mordí la sonrisa y el extasis se deslizó por la cara interna de mis muslos, sereno como el agua que corría por nuestras pieles, rápido como mis ideas, que, esquivas, huían de mi mente. Y me hizo el amor con la mirada, me hizo el amor con el marfil, experto, de su boca, me hizo el amor con el azabache rodeado de abejas de sus ojos, con sus dedos de los pies. Y después acarició con cada milímetro de mi aliento su piel desvestida, su alma desnuda.<br />
Y yo no hice otra cosa más que morderle la sonrisa, sin que él se diera cuenta.<br />
Meihttp://www.blogger.com/profile/13298845507602111274noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-3410054682824067861.post-60823973137855395532011-05-29T03:23:00.000-07:002011-05-29T03:23:54.886-07:00<div style="text-align: right;">Adelante, intenta desarmar mis pilares, no es tan difícil.Ni siquiera es necesario que retires uno a uno los ladrillos sustanciales de este edificio de nueva construcción que es mi alma.Vamos.Golpea, suave, el muro que contiene el umbral de resistencia de la presión de mi sangre.No ibas a ser el primero que intenta que este extraterrestre desee abandonar la tierra. Tampoco el último. </div>Meihttp://www.blogger.com/profile/13298845507602111274noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-3410054682824067861.post-17194547474732569642011-05-04T10:28:00.000-07:002011-05-04T10:28:16.154-07:00CambioSe levantó por la mañana, temprano. Esa siempre me ha parecido una buena manera de empezar a contar algo, cualquier cosa. Temprano. Esa también. Esa ya no.<br />
Sí, se despertó, temprano. Y, ¿saben que? Precisar sus cirscunstancias no le fue necesario antes de encontrar las gafas. De pronto, hasta lo borroso estaba claro en su existencia, vacilante. Se tambalearon sus principios con el primer bostezo, vacilaron ventrículos y aurículas al compás monótono de un reloj cualquiera, volvió a desequilibrarse, una vez más, la tesis de su alma. Pero ya no. Todo aquello ya no era razón para no aclarar sus retinas y enfrentarse al cosmos. Dejó de ser infranqueable. Se convirtió en coyuntura, en un camino del que no queda sino andarlo, como diría uno de esos omnipresentes. Uno de tantos.Meihttp://www.blogger.com/profile/13298845507602111274noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-3410054682824067861.post-80725406932314984462011-04-11T05:13:00.000-07:002011-04-11T05:13:43.846-07:00Cerrado por reformasLa casa de muñecas volverá, cuando consiga despeinarse de nuevo y cuando vuelva a tener gana de escribir gilipuerteces. Mientras, no duden de que les siga leyendo, señores.Meihttp://www.blogger.com/profile/13298845507602111274noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-3410054682824067861.post-60669686392818686432011-03-29T13:26:00.000-07:002011-03-29T13:26:00.500-07:00-Lleno las hojas de la vida con letras en blanco que se ahogan por tenerte entre mis brazos solo, tan solo una vez más. Nos imagino haciendo paliativas disculpas con silencios, amor, y se me escapa el alma. Se me escapa y se va a buscarte, y me deja aquí, en la ducha donde se entremezclan tus recuerdos y mis sábanas de lunares de colores.<br />
-No, si a mí todo eso me parece muy bien, pero ¿vamos a follar o que?Meihttp://www.blogger.com/profile/13298845507602111274noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-3410054682824067861.post-77900780502073140622011-03-16T13:08:00.000-07:002011-03-16T13:08:36.907-07:00El lagrimal se descubre.La cortina torpe que me aisla de la luz sigue el recorrido de un vaivén.El bullicio de la vida se me desliza por la espalda.Siento el tacto mecánico y triste y solo y absurdo y lento de un ser que no es. Los días, vestidos, son cada vez más largos. La vida, cada vez más corta.Meihttp://www.blogger.com/profile/13298845507602111274noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-3410054682824067861.post-18738530702075237862011-03-15T14:18:00.000-07:002011-03-15T14:18:42.958-07:00Dos frases.<blockquote><i>Alguien me había mirado desde la verticalidad de su sombra, repetida como una presencia oscura en el espejo del tocador, que iba siendo escarchada por la primera luz opaca del amanecer, alguien había dicho mi nombre y jadeado contra mí mientras unos dedos sabios y múltiples como patas y hocicos de pequeños animales buscaban en mis bolsillos y en los pliegues más hondos de mi ropa, y yo había intentado defenderme con una tenacidad imaginaria, porque soñaba que me revolvía y que daba patadas pero permanecía inmóvil, apretando los dientes con un brío tan furioso que los notaba como desmoronándose en mi boca, queriendo abrir los ojos y manteniéndolos cerrados hasta que me dolían. Alguien respiraba en la habitación y cuando yo creía abrir los ojos solo estaba soñando que los tenía abiertos, y lo que veía eran las imagenes de un sueño que tal vez se parecía a la realidad igual que esa sombra que estaba mirándome se parecía a su doble inverso del espejo. </i></blockquote><br />
<div style="text-align: right;">Muñoz Molina. Beltenebros.</div>Meihttp://www.blogger.com/profile/13298845507602111274noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-3410054682824067861.post-87165495915867295922011-03-08T13:25:00.000-08:002011-03-08T13:25:24.997-08:00<div style="text-align: left;">Somos cuerpo y somos alma. </div><div style="text-align: left;">Somos, como dijo sin querer aquel filósofo, vista y razón. Y no, no se equivoquen: no hay en ninguna de las dos más virtud que en la anterior. O en la siguiente.</div>Meihttp://www.blogger.com/profile/13298845507602111274noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-3410054682824067861.post-38495794832430886892011-03-07T07:15:00.000-08:002011-03-07T07:16:18.174-08:00No sabes lo que tienes.<div style="text-align: right;"><blockquote style="color: #073763;">No sabes lo que tienes hasta que lo pierdes</blockquote>La trivialidad de aquella frase se encontró con el frío del suelo de su habitación tras deslizarse por el estrecho túnel que conformaba el marco de su puerta y el piso. Entreabrió la cuartilla y, en una esquina, remató el enunciado:<br />
<br />
<blockquote style="color: #073763;">O parece que lo pierdes</blockquote><br />
Después, rompió el papel en cuatro pedazos y lo depositó en la papelera de su escritorio para coger la chaqueta, abrir la puerta y pisar el fango. O el mundo. O la irrealidad. </div>Meihttp://www.blogger.com/profile/13298845507602111274noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-3410054682824067861.post-34647122284352612142011-03-05T14:22:00.000-08:002011-03-05T14:43:45.619-08:00Don Pedro<div style="text-align: right;">Un día, en su vieja droguería, Don Pedro me comentó que siempre había pensado que la madurez llega de la mano de la constancia, de la monotonía, de lo insípido del asfalto que pisan los rebaños, del olvido del interés por lo inservible. Supongo que porque pensaba todo aquello aquel hombre de ya ochenta años y pelo cano se levantaba los sábados tras una semana agotadora de trabajo para pasear en su destartalada bicicleta sin frenos por aquellos, como él llamaba, "caminos de Dios". Deambulaba por la huerta hasta llegar a la orilla de una acequia donde crecían unas margaritas blancas preciosas, cogía un pequeño ramillete y lo llevaba a casa; después lo colocaba en un jarrón de cristal brocado y esperaba, sentado en su sillón blanco de mimbre, lo apacible de una sonrisa. Cualquiera. </div>Meihttp://www.blogger.com/profile/13298845507602111274noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-3410054682824067861.post-7697417169338437142011-02-27T07:43:00.000-08:002011-03-05T13:48:35.788-08:00Nunca me podré alejar de ti<div style="text-align: center;"><br />
<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="344" src="http://www.youtube.com/embed/2yCs94KgrH0?fs=1" width="425"></iframe></div><div style="text-align: center;">Me despierto pensando si hoy te voy a ver,</div><div style="text-align: center;">pero es inútil negarlo: tu me estás atrapando otra vez.</div><div style="text-align: center;">Eres un ángel maldito, eres la dama más cruel.</div><div style="text-align: center;">Un arma de doble filo: contigo sólo puedo perder,</div><div style="text-align: center;">tu me estás atrapando otra vez.</div><div style="text-align: center;"><br />
</div><div style="text-align: center;">Y aunque alguien me advirtió, nunca dije que no,</div><div style="text-align: center;">y ahora tengo que esconder las heridas.</div><div style="text-align: center;">Y ese pulso que jugué, porque quise lo perdí,</div><div style="text-align: center;">¡Nunca me podré alejar de ti!</div><div style="text-align: center;">Te extraño cuando llega la noche</div><div style="text-align: center;">pero te odio de día,</div><div style="text-align: center;">después me subo a tu coche</div><div style="text-align: center;">y dejo pasar la vida.</div><div style="text-align: center;"><br />
</div><div style="text-align: center;">Debería dejarte,</div><div style="text-align: center;">Irme lejos, no volver.</div><div style="text-align: center;">Pero es inútil negarlo: tú me estás atrapando otra vez,</div><div style="text-align: center;"><span style="font-weight: bold;">contigo sólo puedo perder</span>.</div><div style="text-align: center;"><br />
</div><div style="text-align: center;">Y aunque alguien me advirtió, nunca dije que no,</div><div style="text-align: center;">y ahora tengo que esconder las heridas.</div><div style="text-align: center;">Y ese pulso que jugué, porque quise lo perdí, nunca me podré alejar de ti...</div>Meihttp://www.blogger.com/profile/13298845507602111274noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3410054682824067861.post-41601342027354052502011-02-24T10:59:00.000-08:002011-02-24T11:01:15.310-08:00<div style="text-align: right;">Le dio por pensar que lo más parecido a la utopía absurda que es la felicidad era la esperanza. Se sustentó en ella, la convirtió en su verbo transitivo, se empeñó en reducir la acción a la ausencia para que su eterno (y único) camino a la ilusoria ventura fuera la inanición del alma. </div><div style="text-align: right;"><br />
</div><div style="text-align: right;">Encontraron su cadáver tres semanas después de su muerte entre mierda envuelta en celofán. El forense no supo dar respuesta, yo juraría que aquel pobre hombre falleció de aburrimiento. Agudo. </div>Meihttp://www.blogger.com/profile/13298845507602111274noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-3410054682824067861.post-81202570488883006452011-02-15T07:29:00.000-08:002011-02-15T07:29:12.313-08:00No, no había nada que hacer<div style="text-align: right;">No tenían motivos, por no hablar de razones y argumentos. Rechazaron, conscientes, cualquier pretexto que justificara un atisbo de lógica en miradas cómplices, en sonrisas aún más cómplices, en sus sonrientes sinceridades. Le dijeron adiós al lugar y el tiempo de su acción, a la sensatez de las marchas, a asistir direcciones. La existencia de aquel él y aquella ella no encontraba sustento, (quizá nunca lo necesito), (quizá levitaba).<br />
<br />
Un día, ilógicamente, la lógica se apoderó de sus pieles y, peor aún, de sus cabezas. Volvieron, en burdos intentos planteados en la razón, a desvestirse de argumentos, pero lo ilógico de la lógica pudo con ellos. No, ya nada volvería a ser como antes, por mucho que, obstinados, lo intentaran. Con todas sus fuerzas. </div>Meihttp://www.blogger.com/profile/13298845507602111274noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-3410054682824067861.post-30066712898067737642011-02-12T09:10:00.000-08:002011-02-12T09:10:57.249-08:00<div style="text-align: right;">Amable amor amado, fuerza de irreverente debilidad, utopía absurda de tantos, objetivo eterno de todos, pestañea. No cierres los ojos, jamás los abras. Solo pestañea. </div><div style="text-align: right;"><br />
</div><div style="text-align: right;">Sincérate, ambos sabemos que necesitas gafas nuevas. </div>Meihttp://www.blogger.com/profile/13298845507602111274noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-3410054682824067861.post-85354035275110542692011-02-07T12:53:00.000-08:002011-02-07T12:53:50.393-08:00Cobarde<div style="text-align: right;">El segundero rozó el 61 cuando él decidió cerrar la puerta y los ojos. Sin expectativas más allá de las preconcebidas, con cristales de caucho y sin filo y la boca seca se armó de valor cobarde y le dijo adiós.</div><div style="text-align: right;"><blockquote><i>-Arrivederci, donna</i>, tienes que tener trampa-pensó. </blockquote></div><div style="text-align: right;">Acto seguido se dirigió a una administración de lotería.</div><div style="text-align: right;"><br />
</div><div style="text-align: right;"><i>-Deme usted todos los números, si es tan amable.</i></div><div style="text-align: right;"><i>-¿Todos los números señor? Le costará una pequeña fortuna.</i></div><div style="text-align: right;"><i>-Sí usted supiera, señora, lo que es una verdadera fortuna...</i></div><div style="text-align: right;"><i>-¿Cómo dice?</i></div><div style="text-align: right;"><i>-Que también incluya la de Navidad, sí no es molestia. </i></div>Meihttp://www.blogger.com/profile/13298845507602111274noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-3410054682824067861.post-10492046898873092312011-02-01T08:53:00.000-08:002011-02-01T08:53:32.048-08:00Nunca dejes de correr<blockquote><i>Aquel día, sin niguna razón en particular, decidí salir a correr. Corrí hasta el final del camino, y cuando llegué, pensé que tal vez podía correr hasta el final del pueblo. Y cuando llegué, pensé que tal vez podía correr hasta el condado de Greenbow. Noté que si había llegado tan lejos, tal vez podía correr a través del gran estado de Alabama. Y eso fue lo que hice. Corrí atravezando Alabama. Sin niguna razón en particular segía corriendo. Corrí derecho hasta el océano. Y cuando llegué, noté que ya había llegado lejos, y que tal vez debía dar la vuelta y continuar corriendo. Y cuando llegué al otro océano, noté que debía dar la vuelta y continuar corriendo. Cuando tenía sueño, dormía. Cuando tenia hambre, comía. Cuando debía... tu sabés, iba.</i></blockquote><div style="text-align: right;">Forest Gump </div>Meihttp://www.blogger.com/profile/13298845507602111274noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-3410054682824067861.post-19139121692278513992011-01-24T03:42:00.000-08:002011-01-24T03:42:51.617-08:00Felicidad<div style="text-align: right;"><span style="color: #0b5394;"> </span><i><span style="color: #0b5394;">Virginia Woolf </span> Relatos1922-1925</i></div><br />
Cuando Stuart Elton se agachó y para sacudirse una hebra blanca del pantalón, este acto trivial, acompañado de un deslizamiento y una avalancha de sensaciones, pareció como un pétalo que cae de una rosa, y Stuart Elton, tras incorporarse y reanudar su conversación con la señora Sutton, sintió que estaba formado por muchos pétalos firme y estrechamente dispuestos unos sobre otros, todos encarnados, todos tibios, todos teñidos de ese brillo inexplicable. Por eso, cuando se agachaba, un pétalo caía. De joven nunca lo había sentido -no-, pero ahora, a los cuarenta y cinco años, no tenía mas que agacharse para sacudir una hebra del pantalón y esta sensación lo invadía rapidamente, esta hermosa y apacible percepción de la vida, este deslizamiento, esta avalancha de sensaciones, de armonía, cuando se incorporaba de nuevo...pero ¿qué estaba diciendo la señora Sutton?<br />
La señora Sutton (que aún se sentía arrastrada sobre los rastrojos y la tierra arada de la primera madurez) estaba diciendo que los administradores le habían escrito, incluso habían concertado cita con ella, pero no había servido para nada. Lo que hacía que las cosas fueran tan difíciles para ella era que, por supuesto, no tenía ningún contacto con el mundo del teatro, porque su padre, toda su familia, eran simples campesinos.(Fue entonces cuando Stuart Elton se sacudió la hebra.) La señora Sutton se detuvo, se sentía contrariada. Si, Stuart Elton tenía lo que ella deseaba, pensó, en el momento en que él se agacha. Y cuando se incorporó de nuevo la señora Suttón pidió disculpas -hablaba demasiado de si misma, dijo- y añadió:<br />
-Creo que eres la persona más feliz que conozco.<br />
La frase concordaba curiosamente con lo que él acababa de pensar y con la sensación del suave y precipitado descenso de la vida y su reajuste perfecto, la sensación del pétalo que caía y de la rosa completa. Pero ¿era eso la &amp;lt;<felicidad>&amp;gt;? No. Esa gran palabra no parecía adecuada en este caso, no parecía referirse al estado de quedar envuelto en pétalos de rosa bajo una intensa luz. De todos modos, dijo la señora Sutton, él era a quien más envidiaba de todos sus amigos. Parecía tenerlo todo; ella nada. Echaron cuentas...él tenía dinero suficiente; ella marido e hijos; él era soltero; ella tenía treinta y cinco años, él cuarenta y cinco; ella no había estado enferma en su vida y él padecía terriblemente, dijo, a causa de cierta dolencia...Soñaba a todas horas con comer langosta y no podía probarla. ¡Eso es!, exclamó ella como si hubiera dado en el clavo. Incluso se tomaba a broma su enfermedad. ¿Era para compensar una cosa con otra?, preguntó ella. ¿Era sentido de la proporción, era eso? Él pregunto qué, aunque de sobra sabía lo que su amiga quería decir, pero rechazo el ataque de aquella mujer atolondrada y devastadora, de modales bruscos, quejumbrosa y enérgica que discutía y se peleaba, que era capaz de derribar y destruir su valiosa posesión, esa sensación de ser -dos imágenes pasaron por su mente al mismo tiempo- una bandera al viento, una trucha en el río, en equilibrio, flotando en una corriente de sensaciones limpias, frescas, claras, brillantes, lúcidas, hormigueantes, contradictorias que, como el aire o el río, lo mantenían erguido, de tal modo que si movía una mano, si se agachaba o decía algo, liberaba la tensión de innumerables átomos de felicidad que se unían para volver a levantarlo.</felicidad><br />
-A ti no te importa nada-dijo la señora Sutton-. Todo te da igual-dijo torpemente, gesticulando como un hombre que aplica un poco de masilla aquí y allá para unir los ladrillos, mientras él permanecía muy silencioso, muy críptico, muy comedido y ella intentaba sacarle algo, una pista, una clave, una guía, lo envidiaba, le guardaba rencor y pensaba que si además de su capacidad emocional, su pasión, su habilidad y su talento ella tuviera eso que él tenía, podría rivalizar con la mismísima señora Siddons. Él no se lo decía; aunque debía decírselo.<br />
-He estado en Kew esta tarde-comento Stuart Elton, flexionando una rodilla y sacudiéndose otra vez, no porque tuviese una hebra, sino por cerciorarse con la repetición del gesto que su maquinaria estaba en orden, como en realidad así era.<br />
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Y así, si nos encontramos en medio de un bosque perseguidos por una manada de lobos, arrojaríamos jirones de ropa y trocitos de galleta a los infelices animales y nos sentiríamos casi a salvo, aunque no del todo, en nuestro trineo alto, veloz y seguro.<br />
Con aquella manada de lobos hambrientos a la zaga, que devoraban los trocitos de galleta-esas palabras: &amp;lt;<he en="" estado="">Kew esta tarde&amp;gt;&amp;gt;-, Stuart Elton corría raudo entre los lobos de regreso a Kew, al magnolio, al lago, al río, ahuyentándolos con la mano. Entre ellos (porque en ese momento ahroa el mundo parecía lleno de lobos aullando) recordó que la gente lo invitaba a cenar y a comer, que unas veces aceptaba y otras no, y sus sentidos se encontraba allí, en la soleada extensión de hierba de Kew, como si le bastara con mover el bastón para elegir esto o lo otro, ir aquí o allá, hacer trocitos de galletay lanzárselos a los lobos, leer esto, ver aquello, reunirse con él o con ella, ser feliz en casa de un amigo..."¿En Kew, solo?", repitió la señora Sutton.</he><br />
<he en="" estado="">"<b>¿Tú solo?</b>"</he><br />
¡Ah!, el lobo aullaba en los oídos de Stuartcontoneándose, había suspirado ante la visión habitual de los amantes, abrazados, allí donde ahora todo era paz, salud, hubo antaño ruina, tempestad y desesperación; y la señora Sutton volvía a recordarle al lobo; solo; sí, completamente solo; pero se recuperó, como se había recuperado entonces, cuando los jóvenes desaparecieron, <b style="color: #741b47;">y se agarró a eso, a algo, a lo que fuera</b>, se agarró con fuerza para seguir su camino, y sintió lastima de ellos.<br />
-Completamente solo- repitió la señora Sutton. Eso era lo que ella no podía concebir, dijo, sacudiendo con desesperación el pelo negro y brillante...<b>ser feliz completamente sola</b>. <br />
-Sí-dijo él.<br />
La felicidad encierra siempre una terrible exaltación. No es alegría; ni arrebato; ni elogio, ni fama, ni salud (él era incapaz de caminar tres kilómetros sin sentirse agobiado); es un estado místico, un trance, un éxtasis que, pese a ser ateo, escéptico, no haber sido bautizado y todas esas cosas, él creía compartir con los hombres que optan por la vía del sacerdocio, con las mujeres en la flor de la vida que recorren las calles con el rostro cubierto bajo un velo rígido como el ciclamen, los labios inmóviles y los ojos pétreos; aunque con una salvedad: a ellos los apresaba; a él lo liberaba. <span style="font-size: large;">Lo liberaba de toda dependencia con respecto a alguien o algo. </span><br />
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La señora Suttón sintió lo mismo mientras esperaba que Stuart volviera a hablar.<br />
Sí, Stuart detendría su trineo, descendería, dejaría que los lobos se agolparan a su alrededor, les acariciaría sus pobres y voraces hocicos.<br />
-Kew está precioso...lleno de flores...magnolias, azaleas.-Nunca recorcaba los nombres que le decía.<br />
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Y eso era algo que ellos no podían destruir. No; pero sí llegaba de un modo tan inexplicable, igual que podía marcharse del mismo modo. Eso había sentido Stuart al salir de Kew, al subir por la orilla del río hacia Richmond. Podía caer una rama, podía cambiar el color, el verde volverse azul o temblar una hoja; y eso sería suficiente, sí; eso bastaría para estremecer, hacer añicos, destruir por completo ese algo sorprendente, ese milagro, ese tesoro que era suyo, había sido suyo y siempre sería suyo, se dijo, inquieto y ansioso; y, sin pensar en la señora Sutton, la abandonó al instante, cruzó la habitación y cogió un abrecartas. Sí; todo estaba en orden. Aún lo conservaba. <br />
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<div style="text-align: right;"><i>Daba vueltas por mi cabeza, cansada, inquieta.</i></div><div style="text-align: right;"><i>Hoy, la he encontrado escrita. </i></div>Meihttp://www.blogger.com/profile/13298845507602111274noreply@blogger.com5