Le dio por pensar que lo más parecido a la utopía absurda que es la felicidad era la esperanza. Se sustentó en ella, la convirtió en su verbo transitivo, se empeñó en reducir la acción a la ausencia para que su eterno (y único) camino a la ilusoria ventura fuera la inanición del alma.
Encontraron su cadáver tres semanas después de su muerte entre mierda envuelta en celofán. El forense no supo dar respuesta, yo juraría que aquel pobre hombre falleció de aburrimiento. Agudo.
2 comentarios:
Me gustó mucho y me dejó pensando
"mierda envuelta en celofán"
no lo habría podido expresar mejor!
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