domingo, 5 de septiembre de 2010

Cachondos

Desnudos, como dios los trajo al mundo. Cachondos, y no era dios quién los había puesto así. Mordiscos, lametazos, chupetones. Besos sin control. Choques de dientes. De un momento a otro llegarían puras embestidas animales. Entonces paró de pronto, se deshizo duranto solo unos instantes del contacto de sus pieles y la miró fijamente a los ojos, enormes.

-Dame un besito de esquimal, de esos de rozar las narices.

1 comentario:

VERDUGO dijo...

ese beso nos lo dimos nosotras xD