El tránsito de la infancia a la edad adulta, ese puto tránsito, es simple y llanamente una cuestión de cantidades. No lo compliquen. Los bebés lloran, los infantes articulan una o dos palabras, los niños construyen frases simples y concisas y nosotros, eso a lo que el diccionario define erroneamente como adultos, hablamos y hablamos sin decir nada para conseguir lo que el bebé logró con un sollozo: amor.
3 comentarios:
volviste a cambiar el blog! :)
la hora del reloj esta mal.. jajaja
¡Qué poco directos somos para intentar conseguir amor! Es verdad ;)
Gracias por comentar en mi última entrada. Desde hace casi un mes no tengo conexión de internet en casa y aún no sé cuando se podrá solucionar la avería.
Me alegro mucho que te gustara el final :)
Un besito color púrpura
Me gusta el nuevo look de tu blog. Me gustan los títulos. Me gusta lo que escribes.
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