domingo, 27 de febrero de 2011

Nunca me podré alejar de ti


Me despierto pensando si hoy te voy a ver,
pero es inútil negarlo: tu me estás atrapando otra vez.
Eres un ángel maldito, eres la dama más cruel.
Un arma de doble filo: contigo sólo puedo perder,
tu me estás atrapando otra vez.

Y aunque alguien me advirtió, nunca dije que no,
y ahora tengo que esconder las heridas.
Y ese pulso que jugué, porque quise lo perdí,
¡Nunca me podré alejar de ti!
Te extraño cuando llega la noche
pero te odio de día,
después me subo a tu coche
y dejo pasar la vida.

Debería dejarte,
Irme lejos, no volver.
Pero es inútil negarlo: tú me estás atrapando otra vez,
contigo sólo puedo perder.

Y aunque alguien me advirtió, nunca dije que no,
y ahora tengo que esconder las heridas.
Y ese pulso que jugué, porque quise lo perdí, nunca me podré alejar de ti...

jueves, 24 de febrero de 2011

Le dio por pensar que lo más parecido a la utopía absurda que es la felicidad era la esperanza. Se sustentó en ella, la convirtió en su verbo transitivo, se empeñó en reducir la acción a la ausencia para que su eterno (y único) camino a la ilusoria ventura fuera la inanición del alma.

Encontraron su cadáver tres semanas después de su muerte entre mierda envuelta en celofán. El forense no supo dar respuesta, yo juraría que aquel pobre hombre falleció de aburrimiento. Agudo.

martes, 15 de febrero de 2011

No, no había nada que hacer

No tenían motivos, por no hablar de razones y argumentos. Rechazaron, conscientes, cualquier pretexto que justificara un atisbo de lógica en miradas cómplices, en sonrisas aún más cómplices, en sus sonrientes sinceridades. Le dijeron adiós al lugar y el tiempo de su acción, a la sensatez de las marchas, a asistir direcciones. La existencia de aquel él y aquella ella no encontraba sustento, (quizá nunca lo necesito), (quizá levitaba).

Un día, ilógicamente, la lógica se apoderó de sus pieles y, peor aún, de sus cabezas. Volvieron, en burdos intentos planteados en la razón, a desvestirse de argumentos, pero lo ilógico de la lógica pudo con ellos. No, ya nada volvería a ser como antes, por mucho que, obstinados, lo intentaran. Con todas sus fuerzas.

sábado, 12 de febrero de 2011

Amable amor amado, fuerza de irreverente debilidad, utopía absurda de tantos, objetivo eterno de todos, pestañea. No cierres los ojos, jamás los abras. Solo pestañea. 

Sincérate, ambos sabemos que necesitas gafas nuevas.

lunes, 7 de febrero de 2011

Cobarde

El segundero rozó el 61 cuando él decidió cerrar la puerta y los ojos. Sin expectativas más allá de las preconcebidas, con cristales de caucho y sin filo y la boca seca se armó de valor cobarde y le dijo adiós.
-Arrivederci, donna, tienes que tener trampa-pensó.
Acto seguido se dirigió a una administración de lotería.

-Deme usted todos los números, si es tan amable.
-¿Todos los números señor? Le costará una pequeña fortuna.
-Sí usted supiera, señora, lo que es una verdadera fortuna...
-¿Cómo dice?
-Que también incluya la de Navidad, sí no es molestia. 

martes, 1 de febrero de 2011

Nunca dejes de correr

Aquel día, sin niguna razón en particular, decidí salir a correr. Corrí hasta el final del camino, y cuando llegué, pensé que tal vez podía correr hasta el final del pueblo. Y cuando llegué, pensé que tal vez podía correr hasta el condado de Greenbow. Noté que si había llegado tan lejos, tal vez podía correr a través del gran estado de Alabama. Y eso fue lo que hice. Corrí atravezando Alabama. Sin niguna razón en particular segía corriendo. Corrí derecho hasta el océano. Y cuando llegué, noté que ya había llegado lejos, y que tal vez debía dar la vuelta y continuar corriendo. Y cuando llegué al otro océano, noté que debía dar la vuelta y continuar corriendo. Cuando tenía sueño, dormía. Cuando tenia hambre, comía. Cuando debía... tu sabés, iba.
Forest Gump