sábado, 30 de octubre de 2010


El tránsito de la infancia a la edad adulta, ese puto tránsito, es simple y llanamente una cuestión de cantidades. No lo compliquen. Los bebés lloran, los infantes articulan una o dos palabras, los niños construyen frases simples y concisas y nosotros, eso a lo que el diccionario define erroneamente como adultos, hablamos y hablamos sin decir nada para conseguir lo que el bebé logró con un sollozo: amor.

3 comentarios:

mazapi dijo...

volviste a cambiar el blog! :)
la hora del reloj esta mal.. jajaja

La niña que escribió un sueño dijo...

¡Qué poco directos somos para intentar conseguir amor! Es verdad ;)

Gracias por comentar en mi última entrada. Desde hace casi un mes no tengo conexión de internet en casa y aún no sé cuando se podrá solucionar la avería.
Me alegro mucho que te gustara el final :)

Un besito color púrpura

Eco dijo...

Me gusta el nuevo look de tu blog. Me gustan los títulos. Me gusta lo que escribes.