martes, 12 de octubre de 2010

Días festivos en el sofá

Los acontecimientos históricos, los grandes males y los grandes bienes de la humanidad, son puramente insignificantes para quien los vive, o más bien, para quien vive en la época en la que suceden. Los nombres de las naciones, la altura de los edificios o los apellidos de los diligentes cambian, los hombres europeos los discuten en el bar, preferiblemente con una cerveza de por medio, y sus vidas continúan, mejor o peor, en un territorio con un nombre u otro, con un presidente o un dictador, pero continúan. Siguen sintiendo lo mismo, haciéndose las mismas preguntas, dudando de las mismas respuestas. Los acontecimientos históricos viven su transcendencia a nivel secular, su importancia radica en la lejanía temporal en la que suceden en cuanto al tiempo en el que se habla, en la página del libro de historia del instituto en los que aparecen, en si entran o no en el examen de selectividad. Por eso para Forest Gump es más importante ver a Jenny que conocer al presidente de los Estados Unidos o visitar la Casa Blanca, otra vez. Por eso, si me dices si prefiero salvar a la humanidad o salvarnos a nosotros, me lo pienso.

4 comentarios:

desconocida dijo...

Yo también me lo pienso. Claro que sí.

krs dijo...

Eso ni se piensa, socia.

Eco dijo...

Qué cosas más bonitas dices, ojos grandes.

JuanMa dijo...

El bosque es muy bonito, pero mi árbol es mi árbol...

Un beso.